Millones de refugiados y solicitantes de asilo se quedan sin ayuda en EE. UU.

El mayor recorte en la historia de cupones amenaza a los más vulnerables, mientras el gobierno destina miles de millones a deportaciones y detenciones

Una reforma legislativa propuesta por republicanos en la Cámara de Representantes podría desatar la mayor crisis alimentaria en Estados Unidos en décadas. El proyecto plantea recortar un 30 % del presupuesto del programa SNAP, más conocido como «food stamps», lo que significa una reducción acumulada de 300 mil millones de dólares hasta 2034.

Este recorte histórico no solo implica menos fondos para asistencia alimentaria: refugiados, solicitantes de asilo, beneficiarios de TPS, personas con parole humanitario, víctimas de trata de personas y otros grupos con estatus humanitario quedarían directamente excluidos del acceso a los cupones de alimentos. También perderían acceso a programas como Medicaid, Medicare y ayudas educativas. La medida incluye además tarifas más altas para trámites migratorios y una nueva política que obligaría a las familias a pagar por la detención de sus propios hijos, dificultando la reunificación familiar.

¿Quiénes se quedan sin ayuda?

Estos son los grupos que perderían acceso a SNAP bajo la propuesta:

  • Refugiados ya reconocidos
  • Solicitantes de asilo
  • Personas con Estatus de Protección Temporal (TPS)
  • Individuos bajo parole humanitario
  • Víctimas de trata de personas
  • Asilados
  • Otros migrantes con estatus temporales humanitarios

Por el contrario, sólo conservarían el acceso a SNAP las siguientes personas:

  • Mayores de 65 años
  • Personas con discapacidades permanentes o prolongadas
  • Hogares con niños menores de 7 años
  • Beneficiarios de programas como SSI o TANF

Pero incluso para estos grupos, las reglas serán más estrictas: los requisitos laborales se endurecerán para personas de 55 a 64 años y familias con hijos mayores de 7 años, eliminando muchas de las exenciones actuales, incluso en zonas con alto desempleo.

Un golpe directo a las familias más necesitadas

Los recortes significarían que las familias perderían en promedio 254 dólares mensuales en ayudas alimentarias. Para los hogares con niños, el impacto sería aún mayor: 229 dólares menos al mes.

A partir de 2028, se proyecta una reducción del 5 al 25 % en la financiación federal, lo que obligaría a los estados a asumir costos que históricamente ha cubierto el gobierno federal. Expertos advierten que muchos estados no están en condiciones de sostener estos programas, lo que podría llevar a la eliminación parcial o total del SNAP en ciertas regiones.

Consecuencias económicas devastadoras

El impacto no se limitaría a los hogares: las comunidades rurales y pequeños comercios también sufrirían las consecuencias. En zonas donde el SNAP representa una parte fundamental del consumo local, la reducción del programa podría ser catastrófica para el tejido económico.

Más presupuesto para detenciones, menos para alimentos

Mientras se eliminan ayudas para los más vulnerables, la propuesta asigna 110 mil millones de dólares adicionales a ICE para ampliar su capacidad de detención, incluyendo la posibilidad de detener indefinidamente a familias completas. Además, otros 90 mil millones se destinarían a reforzar la militarización de la frontera.

El contraste es claro: menos alimentos para quienes más lo necesitan, más fondos para arrestos y deportaciones masivas.

 

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